MEDCIENCIA
Para que os hagáis una idea, los experimentos con este factor de crecimiento se empezaron con animales hace más de diez años, por lo que estamos en el punto más avanzado tras un ensayo clínico de larga duración. Y, aún así, queda mucho por hacer, pues serán necesarios estudios clínicos con muchos más pacientes y voluntarios sin Parkinson, evaluando los efectos del tratamiento tanto a corto como a largo plazo. Asimismo, los investigadores quieren investigar con detalle los mecanismos subyacentes al complejo proceso de reparación que se inicia tras el uso de este factor de crecimiento.
Vía | NeuroScience News.
Fuente | Journal of Clinical Investigation.
20 febrero 2015 a las 16:37 - Roberto Mendez
Por el
momento, las enfermedades neurodegenerativas siguen siendo uno de los talones
de Aquiles de la medicina actual. Sabemos bastante sobre ellas, en comparación
a hace una década, pero seguimos sin tener los medios adecuados para evitarlas,
tratarlas o retrasarlas, teniendo que conformarnos con los llamados “tratamientos
sintomáticos“, que en lenguaje común viene a significar “aguantar el chaparrón
lo mejor posible mientras avanza la enfermedad“. Una de las enfermedades
que se trata así es el Parkinson, pues actualmente lo que intentamos es suplir
la necesidad de dopamina, disminuida en esta enfermedad, a base de abastecer al
cerebro con este neurotransmisor de forma artificial con fármacos. Pero, aún
así, esto es un mero parche con una duración más bien escasa.
Sin embargo,
gracias a una nueva investigación, es posible que hayamos encontrado un método
que ataje el problema de raíz, siendo capaz de regenerar las neuronas en el
Parkinson, algo buscado desde que se conoce la enfermedad.
Regenerar neuronas en el Parkinson,
¿objetivo conseguido?
Eso parecen
haber logrado los investigadores de la Universidad de Lund y el Instituto
Karolinska, cuyo trabajo se ha publicado en el Journal of Clinical
Investigation. Según comentan, han intentado aprovechar los propios
mecanismos de protección cerebral a su favor, limitando la muerte neuronal y
restaurando así la producción de dopamina (si las neuronas fabricantes no
mueren, la dopamina puede seguir fabricándose correctamente, evitando la
necesidad de introducirla de forma artificial como hacemos hoy en día).
Dicho
estudio se ha llevado a cabo en doce pacientes, usando un factor de crecimiento
cerebral que se origina de forma natural en nuestro organismo, el factor de
crecimiento derivado de plaquetas o PDGF, el cual ya había demostrado en
anteriores estudios ser capaz de tener efectos reparativos en neuronas y fibras
nerviosas (al menos en animales), y consiguiendo una mejora de las habilidades
motoras, típicamente deterioradas en el Parkinson.
Además, por
otra parte, los investigadores afirman que la aplicación de este factor de
crecimiento no causa efectos secundarios graves irreversibles, y las imágenes
cerebrales de los pacientes tras cuatro meses de tratamiento parecen ser muy
alentadoras. Según el escáner PET, la cantidad de dopamina no solo permaneció
al mismo nivel, sino que incluso aumentó, como bien comenta Genise Paul, autor
del estudio, de la Universidad de Lund:
“Los pacientes con enfermedad de Parkinson pierden células nerviosas de
forma continua, lo que significa que vemos señales que indican una
disminución de dopamina continua. Lo que hemos visto es que los
pacientes que recibieron la dosis más alta de PDGF no sufrían la misma
disminución que los pacientes tratados con placebo. De hecho, en
realidad hemos visto un aumento de señal. Esto indica que es posible que
hayamos descubierto como revertir el proceso, algo que obviamente es
muy emocionante”
Para que os hagáis una idea, los experimentos con este factor de crecimiento se empezaron con animales hace más de diez años, por lo que estamos en el punto más avanzado tras un ensayo clínico de larga duración. Y, aún así, queda mucho por hacer, pues serán necesarios estudios clínicos con muchos más pacientes y voluntarios sin Parkinson, evaluando los efectos del tratamiento tanto a corto como a largo plazo. Asimismo, los investigadores quieren investigar con detalle los mecanismos subyacentes al complejo proceso de reparación que se inicia tras el uso de este factor de crecimiento.
Vía | NeuroScience News.
Fuente | Journal of Clinical Investigation.
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