lunes, 5 de junio de 2017

Fases del Parkinson

Fases del Parkinson: ¿Cuáles son y qué tratamientos hay para cada fase?.

El Parkinson suele tener una evolución lenta que puede ser muy diferente de una persona a otra. Podemos distinguir diversas fases del Parkinson en función de los síntomas que presente el paciente, que nos ayudarán a determinar el tipo de tratamiento más adecuado.
Se trata de una enfermedad degenerativa que supone un desorden neurológico consistente en que las células del cerebro que producen dopamina dejan de hacerlo. Es una enfermedad que afecta por igual a hombres y a mujeres y la mayor parte de las personas que la padecen tienen más de 50 años.
Fue descubierta por el médico británico James Parkinson en 1817, se ha convertido en la segunda enfermedad neurodegenerativa más habitual después del Alzheimer y en una de las que más afectan a la calidad de vida de quienes la padecen.


Las 5 fases del Parkinson

En la enfermedad de Parkinson se pueden distinguir 5 fases en las que los síntomas se van agravando poco a poco a lo largo del tiempo. Las 5 fases del Parkinson son las siguientes:

Fase I

En esta fase los síntomas se suelen detectar por familiares y personas cercanas al paciente. La persona afectada de Parkinson comenzará a tener ligeros movimientos en una parte del cuerpo, arrastrará los pies al caminar y sentirá algo de rigidez.

Fase II

En la fase 2 los síntomas de la enfermedad afectan a los dos lados del cuerpo, el equilibrio se altera, el paciente tiene dificultades para caminar y comienzan los problemas para realizar movimientos (bradicinesia).

Fase III

La persona se inclina hacia delante y no es capaz de pararse o caminar recto. Los movimientos que realice son muy lentos y tienen una gran dificultad para mantener el equilibrio.

Fase IV

En la fase cuatro se acentúan los síntomas de las anteriores fases y el paciente puede caminar pero tiene muchas dificultades. Además, no puede realizar actividades cotidianas sin la ayuda de otra persona.

Fase V

En esta etapa el paciente de Parkinson permanece inmóvil y necesita una persona que le atienda las 24 horas del día porque no puede realizar ninguna tarea cotidiana como ir al baño o comer por sí misma.
En cuanto al tratamiento del Parkinson debemos partir de la base de que se trata de una enfermedad que no tiene cura, pero sí se pueden controlar los síntomas. En general para el tratamiento del Parkinson se utilizan varios métodos:
  • Los farmacológicos basados en la dopamina.
  • La cirugía. Solo se utiliza en casos muy concretos tras un estudio muy detallado del paciente.
  • Los tratamientos enfocados a los síntomas no motores. Los síntomas no motores pueden ser alteraciones del sueño, estreñimiento, depresión, ansiedad, demencia y fatiga, entre otros. Estos síntomas afectan mucho a la calidad de vida del paciente, incluso más que los síntomas motores, por eso se utilizan tratamientos farmacológicos para tratarlos.
  • La terapia no farmacológica. Una dieta sana y ejercicio físico ayudan a paliar los síntomas del Parkinson y a mejorar la calidad de vida de la persona que lo padece.

La profesora aporta las claves para vivir con Parkinson


HISTORIA DE VIDA QUE VALE LA PENA CONTAR

La profesora aporta las claves para vivir con Parkinson

Fernanda Fontes dedicó su vida al deporte y fue diagnosticada a los 44 años.

DIEGO FISCHER - 29 may 2017

Es profesora de Educación Física y a los 44 le diagnosticaron parkinson. Foto: R. Figueredo


Fernanda se dio cuenta que algo no andaba bien cuando luego de una larga caminata por la rambla de Piriápolis, llegó a su casa, se metió en la ducha y notó, al lavarse el pelo, que su brazo izquierdo no se movía bien. Lo hacía con lentitud y de manera descoordinada. Tenía entonces 44 años, y llevaba 22 años consecutivos ejerciendo como profesora de Educación Física. Habían nacido sus dos hijos: Gastón de un año y Guillermina de tres.
Días más tarde, subiendo el cerro San Antonio, sintió el segundo llamado de atención: su pierna izquierda no le respondía, cada tres o cuatro pasos tenía que arrastrarla. Algo no estaba funcionando bien, decidió consultar a un neurólogo. Comenzó para Fernanda Fontes un camino que le cambió para siempre no solo su vida sino la forma de ver y valorar cada instante de su existencia. El diagnóstico demoró algunas semanas en llegar; luego de exhaustivos exámenes, el doctor Ricardo Buzó concluyó: Parkinson.
Transcurrieron seis años de aquel momento y hoy Fernanda relata, en un libro, cómo decidió encarar su enfermedad y su vida desde aquella tarde de noviembre de 2011 cuando supo lo que padecía. "In Curable", se titula el libro que durante un año y medio Fontes escribió.
A Fernanda, no le resultó una tarea demasiado engorrosa escribir porque, según dijo a El País, "desde muy niña descubrió que la escritura era la forma mejor que encontraba para comunicarse con sus padres".
Aplicó la misma fórmula de su infancia y el resultado es un texto de 250 páginas en el que la autora cuenta no solo las peripecias de una mujer a la que siendo joven le diagnosticaron una enfermedad que paulatinamente puede llegar a deteriorar severamente la calidad de vida de las personas y llevarlas a la muerte, sino las herramientas de las que se ha valido para detener el avance del Parkinson y apostar todo a que un día no muy lejano el padecimiento haya desaparecido. Curioso, pero la publicación de In Curable coincide con los 200 años de que el médico británico James Parkinson descubriera la enfermedad.

Serena fortaleza.

"Mi intención con este relato es trasmitir cómo el Parkinson cambió mi vida, cómo tuve que descubrirme, cómo impactó en mi familia y en mis amigos y cómo debieron procesarlo y entenderlo para acompañarme", dice Fontes en el prólogo del libro, al tiempo que advierte que no pretende "revelar ninguna verdad absoluta, ninguna receta mágica, ni mucho menos dar consejos". Todo lo que en el libro se narra es la experiencia de vida de una mujer que hoy tiene 49 años, dos hijos, que se divorció poco tiempo después de conocer el diagnóstico y que derrocha confianza, optimismo y fuerza para mantener a raya a la enfermedad que le tocó en suerte. Lleva además una vida completamente normal y sumamente activa. Tiene, como ella expresa una "Serena fortaleza". Fontes sostiene que el Parkinson "fue la gran sorpresa que la vida le tenía preparada", esas "cachetadas que la vida nos da". Justo a ella profesora de Educación Física le tocó una enfermedad que va limitando los movimientos. Pero lejos de preguntarse por qué a mí, Fernanda la tomó como una "misión de vida" y así lo dice en su libro.
El título, In Curable, es el juego de palabras que la autora utiliza para sostener su teoría que la cura de una enfermedad depende, fundamentalmente, del conocimiento y gobierno que las personas tienen de sus sentimientos y emociones. "Está dentro de uno", sostiene, al tiempo que asevera que poseemos" la misma capacidad para enfermarnos que para curarnos". La autora no desdeña a la medicina tradicional, por el contrario, expresa su agradecimiento a los médicos que la tratan: el profesor Buzó en Montevideo y el doctor Stanley Fahn del Hospital Presbiteriano de la Universidad de Columbia de Nueva York. Lamenta que haya fallecido, hace poco tiempo, el doctor Miguel Swarck, un destacado médico uruguayo radicado en Israel, quien tenía planeado publicar para sus pacientes In Curable.
Cuando Fontes estaba escribiendo el libro, se dio cuenta que no solo podía ser útil para enfermos de Parkinson, sino también para personas que padecen diferentes patologías o que sencillamente atraviesan por circunstancias críticas en sus vidas.

El libro se presenta el próximo sábado

El libro In Curable, de la editorial My Book, será presentado el próximo sábado 3 de junio en el Campo de Deportes del IUA, en el Barrio Golf de Punta del Este, a las 19:30.
La autora aclara que , no es un libro de autoayuda. Es la experiencia de una mujer que soñó y dedicó su vida a practicar y enseñar cómo cuidar la salud a través de la educación física y que un día se encontró que ya no lo podría hacer más, o al menos de la misma forma y con la exigencia de antes. Es también un libro con final abierto. "Acepté el diagnóstico, pero no el pronóstico de mi enfermedad ", afirma y sostiene Fernanda Fontes.