domingo, 3 de junio de 2012
Nuevos sensores para ayudar a enfermos de párkinson
Un proyecto académico y empresarial europeo, liderado desde la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), desarrolla un sistema de monitorización en la propia casa de los enfermos de párkinson. La técnica consiste en colocar sensores ‘vestibles’ en los pacientes, recoger los datos en un ordenador y enviarlos al hospital para su análisis.
El proyecto PERFORM, coordinado por la Universidad Complutense de Madrid, persigue mover el hospital a la casa del paciente de párkinson, e incluso a la ropa, por medio de dispositivos conocidos como sensores ‘vestibles’.
Las señales recogidas con estos sensores se envían diariamente a un PC instalado en el propio hogar donde se procesan de forma automática para detectar y cuantificar los síntomas del enfermo.
Una vez hecho esto, la información se envía al hospital y se genera un informe diario que alertará al médico en caso de que se detecte algún valor anómalo.
El sistema trata de superar dos retos: conseguir que la tecnología sea transparente al usuario y gestionar toda la información que se genera de forma inteligente. El dispositivo llega a generar 2 Gigabytes de información por paciente y semana si el paciente viste los sensores una media de ocho horas al día.
Revisar semejante cantidad de información diariamente es físicamente imposible, por lo que uno de los principales desafíos fue el diseño de herramientas de minería de datos que se encargan de hacer ese trabajo. La información obtenida se utiliza para crear una herramienta de ayuda a la decisión para profesionales que les ayude a gestionar toda la información que se genera, crear un perfil de la enfermedad por cada paciente y lograr la personalización del tratamiento.
Tras cuatro años de investigación, y tres estudios pilotos realizados con más de 100 pacientes en hospitales de España, Italia y Grecia los resultados positivos “invitan a ser optimistas”.
Estos cambios han hecho necesario el desarrollo de nuevas estrategias que, por una parte, permitan a los pacientes gestionar su propia enfermedad; y, por otra parte, que ayude a los profesionales clínicos a gestionar este tipo de enfermedades de una forma más efectiva y precisa ofreciéndoles información objetiva que les ayude a tomar mejores decisiones en el diagnóstico y que les facilite el seguimiento clínico de sus pacientes.
Es aquí donde las nuevas tecnologías pueden aportar un gran valor. Concretamente, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han logrado que el campo sanitario se haya visto especialmente beneficiado con dispositivos más pequeños y potentes que hacen que la monitorización y el seguimiento de los enfermos sean mucho más sencillos y automáticos. El desafío, de cara a su generalización, es disponer de aparatos económicamente asequibles para los usuarios.
Fuente: Agencia SINC
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