miércoles, 9 de diciembre de 2015

Mi amigo Tomas se ha marchado.

Tomas cumpliría 58 años el dia 29 de diciembre.

En junio pasado se cumplieron 15 años compartiendo la misma enfermedad, el Parkinson.

Ayer por la tarde Tomas, se fue sin despedirse. Para el dia 15 le habíamos preparado una sorpresa. Una visita cargada de canciones, recuerdos y amistad.

Y principalmente amistad.

El fue, durante ucho tiempo, el provocador de las periódicas reuniones de amigos, Apropa´t, las llamábamos, pues éramos el primer grupo que se formó en la Asociación Parkinson Valencia, dedicado especialmente a los jóvenes parkinsonianos.


Esas reuniones extra asociativas, fueron, para todos, las mejores terapias habidas y por haber.
No nos limitamos a conocernos en una sala de gimnasio, o de psicología, o logopedia. No. Nuestra terapia no esta escrita ni tiene manual. Tomas, sabia, y nos descubrió, que las reuniones informales, el contacto y las conversaciones fuera de la rigidez y dirección de los profesionales, era una gran ayuda.

Y así fue, las reuniones, eran un compartir experiencias, problemas y situaciones, cosa que solo aquel que esta viviendo este mal y tomando esa medicación, sabe y sufre. Nadie sabe, ningún neurólogo sabe, lo que sabemos nosotros del mal de Parkinson.

El se prestó, se apunto a cualquier “bombardeo”, prueba o análisis. Le encantaba ese  papel. Queria vivir. Queria sanar, cuanto antes.

Conjuntamente y por separado nos dedicamos a publicar en nuestros blog, temas de Parkinson. Hoy quedo como único redactor de Parkinson o simplemente Parkinson y Al otro lado del Parkinson.


Vivio independiente mientras otras complicaciones lo sentaron en una silla. Y se rebelaba. Luchaba por no dejarse.

Y termino. Nunca lo vi llorar, triste, decaído. Tuve la suerte de compartir horas, muchas  horas de charreta nocturna. Éramos, para los profesionales que nos trataban, dos casos crónicos de insomnio, que además no hacíamos nada por evitarlo. Compartimos confidencias de nuestras vidas, y sabíamos la deriva  que podían tomar nuestra vida. Éramos conscientes.

Tomas, amigo, Nano, estoy seguro que pronto estarás de besuqueo con todos los que contigo estén, donde estan los que se van. Y con facilidad haras amigos. Pero, nuestra amistad, esa, esa no me la quiita nadie.

Espero tener la serenidad que tu has tenido durante el tiempo que te conocí.

Nano, nos vemos en la eternidad. Tú, como siempre, cabezón, tenías que ser el primero.

Besos.

Vicent,



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