domingo, 7 de junio de 2015

Notas musicales para arrinconar la enfermedad de Parkinson.

Las terapias basadas en melodías mejoran la calidad de vida de pacientes con Párkinson, autismo o alzhéimer.

Lorena Martínez. Madrid
http://www.estusanidad.com/


Si  la música amansa a las fieras, las fieras bien podrían tener nombre de enfermedad. Recetar canciones no cura, pero ayuda a mejorar la calidad de vida y el estado de salud de cientos de pacientes, quienes encuentran en las melodías una terapia alternativa y, a su vez, una vía de escape a los problemas.

Conscientes de los poderes de las notas musicales, la Federación Española de Párkinson (FEP) ha centrado su campaña por el día mundial de la patología en torno a esta idea. Bajo el lema ‘Si quieres bailamos. La música nos pone ON’, la agrupación reivindica la importancia de la música como una forma de tratamiento alternativa para hacer frente a algunos de los síntomas más comunes asociados a los trastornos neurodegenerativos, como la rigidez y la lentitud de movimientos.

Resultados positivos en agitación, ansiedad y estado de ánimo

Si hablamos enfermedades neurodegenerativas el alzhéimer resulta una pieza ineludible. El proyecto ‘Música para despertar’ se basa en un método tan sencillo como eficaz: armar de cascos a los pacientes con demencia para intentar ‘resucitar’ a la memoria. No es tan sencillo, pero la música está demostrando efectos alentadores en algunos de los enfermos que participan en esta iniciativa ubicada en Cájar, un pequeño pueblo de Granada. 

Una de las últimas zonas cerebrales que ‘toca’ esta enfermedad es precisamente la encargada de la memoria musical y la capacidad de sentir emociones, ayudando a que los participantes muestren resultados positivos en la agitación y ansiedad, en sus recuerdos y  en su estado físico y socialización.
Las canciones componen la piedra angular del objetivo perseguido desde la agrupación Música para el Autismo. El proyecto, con sede en Valencia, busca ayudar a las personas que padecen Trastorno del Espectro Autista (TEA) a mejorar su desarrollo y su independencia. Con este fin se ofrece un servicio de musicoterapia, así como charlas en colegios y centros educativos encaminadas a fomentar su uso entre padres y profesores.

Los pacientes se convierten en compositores
Mayor apertura emocional, acceso hacia el lenguaje y mejora comunicativa. Estos son los tres principales ‘poderes’ que se atribuye a la música desde la Asociación Síndrome de Down de Navarra. Como una actividad lúdica y de ocio, este grupo acoge diversas iniciativas de aprendizaje musical que incluyen un grupo de percusión y viento compuesto exclusivamente por personas con Síndrome de Down.

Las melodías incluso viajan del centro al domicilio del propio paciente. Es el caso de la Fundación Porque Viven, quienes contemplan la música como parte de los cuidados recibidos por los niños atendidos en la unidad de  Paliativos Pediátricos del Hospital Niño Jesús de Madrid. La musicoterapia se convierte en una actividad familiar para atender las necesidades cognitivas y emocionales de los pequeños, rodeados en todo momento de su entorno.

A nivel fisiológico, los beneficios de esta terapia mejoran el pulso, la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, aliviando el dolor profundo que a menudo sufren. Además, la atención, la memoria y la imaginación infantil se ven igualmente favorecidas por esta apuesta común en la que el silencio pasa a ser el peor de los enemigos.